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Reuniendo Organizaciones Contra la Trata Sexual en México

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“Me siento apapachada” fue la respuesta de una de las participantes a la pregunta “¿Cómo te sientes?” luego de dos intensos días de conversación y trabajo conjunto durante la consulta que Polaris organizó con proveedores de servicios en México.
Y es que ese término, muy mexicano, sintetiza muy bien probablemente lo que todos sentimos al finalizar la consulta, que se enmarcó en la Iniciativa Estratégica de Polaris contra la Trata con Fines De Explotación Sexual desde México (Strategic Initiative to end Sex Trafficking from Mexico (STFM)).
Llevada a cabo en Cuernavaca, estado de Morelos, la consulta fue una oportunidad única de reunir grupos luchando por la misma causa, de diferentes maneras y en distintas partes del país, todos bajo un mismo alero. Buscábamos aprender de las distintas experiencias y perspectivas, pero también construir relaciones, que es el principal elemento que mantiene y soporta el trabajo en red de manera segura y que constituye la base de nuestro trabajo.

Porque todavía tenemos mucho que aprender

Si bien de la experiencia de Polaris operando la Línea Nacional contra la Trata desde el año 2007 hemos identificado muchas buenas prácticas, modelos y lecciones aprendidas que compartir, también sabemos que hay mucho que aprender. Específicamente, hay muchas cosas que desconocemos del trabajo día a día de los proveedores de servicios con los sobrevivientes en México, incluyendo las precarias condiciones de seguridad en las que tienen que realizar su trabajo, así como las complejas dificultades del contexto social, económico y político.
Por eso, convocar una consulta con los proveedores de servicios, los que están en primera línea trabajando con los sobrevivientes, no sólo es un ejercicio de humildad coherente con los valores organizacionales de Polaris, sino también una manera consistente de informar y moldear futuras intervenciones en nuestro esfuerzo en erradicar este crimen mientras construimos una red segura de atención para los sobrevivientes en ambos lados de la frontera.
El origen latino de la palabra “consulta” lo dice: “consultar antes de actuar, examinar un asunto con una o más personas, buscar datos sobre alguna materia o pedir consejo con el fin de obtener información de utilidad para satisfacer sus necesidades o conseguir sus objetivos.”
Con este propósito en mente buscamos obtener información relevante que pudiera informar las formas más eficientes de apoyar el trabajo que ellos realizan en México. Para ello era crucial que los participantes se sintieran cómodos para hablar honestamente, por lo que creamos un espacio seguro donde, dejando de lado cualquier posible diferencia, pudieran escucharse compasivamente unos a otros, compartir experiencias, desafíos y frustraciones.

Algo tiene que ceder

Durante la consulta, aprendimos sobre muchos aspectos que son especialmente complejos en México y cómo los proveedores de servicios se las arreglan para superar muchos de esos obstáculos. Por ejemplo, los albergues. Este servicio aparentemente simple, arroja luz sobre desafíos únicos que enfrentan los grupos anti-trata con fines de explotación sexual, así como potenciales buenas prácticas que replicar.
Muchos proveedores de servicios que dirigen albergues se enfrentan con la necesidad de brindar las comodidades básicas a los sobrevivientes a la vez que los mantienen en un espacio seguro. Trabajando frecuentemente con recursos muy limitados y bajo precarias condiciones de seguridad, lidiando con problemas como amenazas, intimidaciones y, a veces autoridades corruptas, algo tiene que ceder.

La única manera de avanzar

Ante tanta adversidad, muchos de los participantes han encontrado soluciones en el poder de los esfuerzos colectivos. Reunirse en torno a un mensaje unificado fortalece los esfuerzos individuales para obtener más fondos, más recursos y exigir la responsabilidad del gobierno en estos asuntos con el fin de servir mejor a lo sobrevivientes.
El grupo de valientes y dedicadas personas que se unieron a Polaris para participar en nuestra consulta de Noviembre, compartieron historias como estas que ayudan a profundizar nuestro entendimiento sobre la realidad de la trata sexual en México. Estamos trabajando para utilizar estas conversaciones para así identificar las actividades que harán avanzar el movimiento contra la trata en México y fomentar un cambio sistémico en la lucha para acabar con este crimen y apoyar a los sobrevivientes – no sólo un paliativo más.
Sentirnos que no estamos solos, sino vinculados trabajando en red, que somos parte de un todo es esencial para todos los que trabajamos para combatir la trata de personas – el crimen y sus consecuencias son inabarcables individualmente. Por eso y ahora más que nunca, “apapacharnos” no es sólo necesario sino la única forma de avanzar.
(Ah, y para los que tengan curiosidad sobre el origen de la palabra, “apapachar” proviene del vocablo Náhuatl que los aztecas utilizaban para significar  “abrazar o acariciar con el alma”).

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