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Los trabajadores en restaurantes, hoy más aislados que nunca.
Atrapados en nuestros hogares, cansados de preparar nuestra propia comida, las personas que cocinan nuestras hamburguesas, fríen nuestro pollo y hacen nuestras pizzas merecen nuestro aprecio y nuestro apoyo hoy más que nunca. También son, como muchos trabajadores de bajos salarios y particularmente inmigrantes, más vulnerables que nunca a ser víctimas de trata y explotación por inescrupulosos y oportunistas propietarios y gerentes de negocios. Y ahora todos deberíamos tener un interés en asegurar que eso no suceda, pues la salud y la seguridad de los trabajadores en nuestro restaurante favorito nunca se ha conectado tanto con la nuestra.
Desde 2007, Polaris ha operado la Línea Nacional contra la Trata de Personas en Estados Unidos, que recibe informes de situaciones sospechosas o potenciales de trata sexual y laboral, y brinda servicios confidenciales y apoyo a víctimas y sobrevivientes. En este periodo, Polaris supo de 672 casos de trata laboral en restaurantes y 1,448 casos de explotación laboral en este mismo sector. La explotación, el maltrato y el abuso de los trabajadores se pueden convertir en trata cuando se usa la fuerza, el fraude o la coacción para reclutar trabajadores o para mantenerlos en el trabajo. El número de víctimas en estos casos puede ser mucho mayor, ya que muchas situaciones de trata victimizan a más de una persona.
Los datos de la Línea contra la Trata sugieren que la gran mayoría de los trabajadores sujetos a la trata en restaurantes, alrededor del 80 por ciento, son ciudadanos extranjeros. Entre 2015 y 2018, la Línea contra la Trata respondió a 625 víctimas de trata laboral en restaurantes y servicios de alimentos. Muchos trabajadores están legalmente en Estados Unidos con visas temporales de trabajo conocidas como H-2B. Estas visas tienen serios fallos en su diseño por varias razones. Si bien es ilegal cobrar a los posibles trabajadores por las visas, o por cualquier paso en el proceso para adquirirlas, muchos reclutadores lo hacen de todos modos, y dejan a los trabajadores y a sus familias endeudadas solo por conseguir el trabajo. Eso significa que estos trabajadores se ven obligados a pedir dinero prestado solo para conseguir el trabajo. Si un restaurante se cierra debido al COVID-19, estos trabajadores tendrán que tomar cualquier otro trabajo que puedan encontrar, sin importar qué tan explotador sea, para pagar esas deudas.
Con el aumento de la desesperación de los trabajadores, los empresarios sin escrúpulos, los tratantes, pueden someterlos fácilmente a una situación de trabajo forzado. La trata ocurre regularmente con visas H-2B porque los trabajadores están atados al negocio patrocinador original. Si renuncian, pierden su estatus legal. Una situación de trata laboral común ocurre cuando un empleador exige que un alguien trabaje con muy poca paga o en condiciones inseguras, y luego amenaza con deportar al trabajador si este se niega o se queja. Bajo la situación actual con el COVID-19, muchas empresas que patrocinan a trabajadores con visas H-2B han tenido que cerrar, y tanto el estado legal como los ingresos de estos trabajadores se vuelven inciertos.
Los trabajadores de restaurantes que no tienen una condición migratoria regular de inicio enfrentan opciones igualmente inaceptables que pueden conducir a la trata de personas. Fuera de la protección de la mayoría de nuestras leyes, el único poder de negociación que tienen en tiempos económicos normales es que estos trabajos son exigentes y de bajos salarios. Los restaurantes tienen que llenar estos puestos y los trabajadores pueden de ser en cierta manera selectivos. Ahora, con trabajos cada vez más escasos, estos individuos no tienen influencia alguna. Los tratantes saben que pueden aprovechar esta posición vulnerable y explotar a estas personas.
Si bien a muchos se nos ha dicho a lo largo de los años que busquemos “señales” de trata de personas y lo informemos, la verdad es que es poco probable que los clientes de restaurantes vean a personas en situaciones de trata cuando están en el negocio. La mayoría de estos trabajadores están “detrás del telón”, lo que significa que realizan tareas como cocinar y lavar los platos, escondidos en la cocina. Sin embargo, los compañeros de trabajo de los restaurantes, los proveedores de restaurantes y ciertos inspectores están en condiciones de ver si los trabajadores están de servicio por muchas horas sin descanso, o si están trabajando en condiciones peligrosas, sin el equipo de seguridad adecuado, etc.
Sin embargo, los clientes pueden hacer preguntas para que los dueños sepan que sí les importa cómo es el trato laboral y si la salud y seguridad de los trabajadores se respeta en ese local. También pueden exigir a sus representantes locales para que promuevan leyes que protejan a este tipo de trabajadores con o sin crisis. Porque, por supuesto, en una pandemia mundial, la salud de nuestros vecinos está profundamente conectada con la nuestra.